Atribución de vivienda en el divorcio: ¿Cómo afecta?
Tras el divorcio de su hija, el juez le ha concedido el derecho de uso de la vivienda familiar. Ahora es importante analizar cómo esto puede afectar su relación con arrendadores, propietarios o posibles compradores, así como determinar la mejor manera de actuar en esta situación.
¿Qué es el derecho de uso?
Por medio de una sentencia judicial, se garantiza a uno de los integrantes de la pareja el derecho a permanecer en el inmueble que anteriormente compartían como vivienda familiar. Este dictamen es resultado de procesos legales como divorcios, separaciones, nulidades matrimoniales o disputas por la custodia de menores. Es importante destacar que, en términos generales, esta prerrogativa únicamente puede ser modificada mediante otro proceso legal entre los miembros de la pareja. Sin embargo, esta situación plantea incertidumbres en cuanto a su impacto en terceros que no forman parte de la relación, como podría ser el caso de un arrendador o un eventual comprador de la propiedad en cuestión.
El concepto de uso se entiende como independiente del acuerdo contractual que regula la residencia de una familia en una propiedad. Este derecho se establece por decisión judicial, en ausencia de un acuerdo entre los cónyuges, independientemente de si son propietarios, inquilinos o tienen algún tipo de cesión gratuita de uso del inmueble. Es importante destacar que esta atribución no puede perjudicar al propietario registrado del inmueble. Por lo tanto, según las circunstancias específicas, el propietario tiene diversas opciones para recuperar la propiedad, venderla, etc. Es crucial examinar las posibles situaciones en cada caso particular.
Su hija reside como...
Si la hija tenía la titularidad del contrato de arrendamiento, ya sea de manera individual o conjunta con su cónyuge, el contrato continuará su curso normal. Sin embargo, en el caso de que el contrato esté a nombre del cónyuge, la hija puede optar por asumir la titularidad del contrato para mantener su ocupación en la vivienda asignada, siempre y cuando notifique esta decisión al arrendador en un plazo de dos meses desde la notificación de la sentencia, y presente una copia de la misma. Es fundamental tener en consideración los siguientes aspectos para estos fines:
Si se les concedió el uso de la vivienda con la condición de devolverla en un plazo específico (por ejemplo, un familiar les permitió residir en ella durante tres años mientras estabilizaban su situación laboral para comprar una casa propia), serían considerados comodatarios. Durante este período, su hija puede permanecer en la vivienda, a menos que el propietario necesite recuperarla con urgencia. En tal caso, el propietario puede recuperarla de inmediato, incluso si existe un derecho de uso familiar sobre ella.
- Duración. Es imprescindible que la cesión sea por tiempo indefinido o por un período que exceda el tiempo restante del contrato.
- Arrendatario. La legislación solo contempla a los cónyuges, por lo que, en principio, esto no aplicaría en el caso de parejas de hecho.
- Comunicación. Aunque la ley no lo menciona de manera explícita, algunos tribunales sugieren que la falta de comunicación podría llevar al propietario a entender que ha renunciado al contrato.
- Conocimiento. Si el propietario tiene conocimiento efectivo de la situación, algunos tribunales consideran que podría interpretarse como una aceptación implícita del cambio de titularidad.
Si no existe un contrato formal o documento legal que respalde la posesión de la vivienda por parte del precarista, el propietario conserva el derecho de recuperar la propiedad en cualquier momento, sin restricciones temporales.
El otro cónyuge era el propietario
Si el propietario es el cónyuge que no tiene el derecho de uso familiar, resulta crucial proceder con la inscripción a favor de su hija. No realizar esta acción podría dejar la puerta abierta a que el excónyuge venda la propiedad a un tercero, sin considerar el derecho de uso familiar. Por lo tanto, es prudente tomar las medidas necesarias para evitar tales eventualidades y proteger los intereses de la hija a largo plazo.
Si residía en una propiedad bajo el contrato de alquiler a nombre de tu excónyuge, es crucial que informes al arrendador tu intención de mantener el contrato a tu nombre. En el caso de que la vivienda pertenezca al excónyuge, es recomendable que registren el derecho de uso de su hija en el Registro correspondiente. Esto ayudará a evitar posibles complicaciones en el futuro, especialmente si se considera la venta del inmueble, protegiendo así los derechos e intereses de todos los involucrados.